Bueno, en esta foto ya no engaño tanto… se me ve la cara de bicho.
En este verano, mi hermano celebró su quinto cumpleaños, invitó a más de 20 niños. Lo celebró en casa y yo estaba por ahí en medio de todos los chicazos. Como la clase de mi hermano era sólo de chicos, pues mi prima (8 meses mayor que yo) y yo éramos las únicas niñas.
Yo estaba en mi salsa, con todos los juguetes por el suelo y rodeada de chicos que me hacían caso, que me mimaban igual que lo hacía mi hermano.
Mi hermano tenía un porsche dirigido que era casi más grande que yo y al que se le levantaban los faros. Yo siempre los levantaba y los bajaba con el dedo, pero entonces vino Chisco, uno de los amigos de mi hermano, y me dijo que había que hacerlo desde el mando, y con toda la paciencia del mundo me enseñaba a qué botón había que darle. Después me dijo «ahora hazlo tú», yo cogí el mando y fue directo a su cabeza, y seguí haciéndolo con el dedo, mi madre me riñó, como es lógico, pero yo me puse a darle besitos y a abrazar a Chisco y me perdonó.
Y menos mal, porque ahora es más alto y más fuerte que yo, antes también lo era, pero le daba pena hacerme nada porque era pequeñita…
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30 de enero de 2009 at 13:39
bueno..una suerte estar rodeadas de tantos chicos..